Cuarto de Luna del Colectivo Descarrilados
La sala recibió a la luna como visitante en su periodo lunar, sobre-escrito por los artistas y los pereiranos que podrán interactuar con la obra en cada una de sus fases, que servirán de lienzo a las acciones del público en la sala.
“El camino es un elogio del espacio. Cada tramo del camino tiene sentido en sí mismo y nos invita a detenernos. La carretera es la victoriosa desvalorización del espacio, que gracias a ella no es hoy más que un simple obstáculo para el movimiento humano y una pérdida de tiempo. En el mundo de las carreteras un paisaje hermoso significa: una isla de belleza unida por una larga línea a otras islas de belleza. En el mundo de los caminos la belleza es ininterrumpida y constantemente cambiante. A cada paso nos dice ¡detente!”, dice Milan Kundera y lo repite el colectivo Descarrilados.
De Cali
Este destacado grupo caleño llega a Pereira con su obra “Cuarto de Luna”. Siempre jugándole una broma al tiempo, el grupo parece pelear contra el devenir para utilizar un grito humano.
Su recorrido se construye entre vagones de tren, canoas y carritos de balineras. Su reapropición de los espacios es un canto de humanidad y construcción. El arte nos llama a detenernos para ver lo olvidado. Descarrilados ha hecho a los colombianos rememorar los recorridos de los canoeros, haciendo hablar al río, reapropiarse de un espacio en constante lucha y construcción como en el barrio Moravia de Medellín, un perpetuo canto a la vida en Cali y para nosotros en Pereira, llega ahora una escritura a la Luna.
Usa lo inutilizado
El Colectivo Descarrilados hace una revolución contra el tiempo. Usa lo inutilizado, nos dice “detente y observa”. Descarrilados o encarrilados -diríase también- nos recuerda a la vida que inunda lo abandonado, nos invita a caminar el camino y a desandar las carreteras. Tras la desaparición del ferrocarril, diríase que sus vías murieron en la inutilidad. Pero su vida cambió a manos de las llamadas “Motogarruchas” o “marranitas”, personas motorizadas que transportan por la antigua vía del ferrocarril, reapropiándose del espacio y dándole sentido a su existencia.
De la misma manera los descarrilados se encarrilan en motogarruchas artísticas para hacernos ver no lo invisible sino lo que siempre ha estado ahí pero que la carretera de la cotidianidad no nos ha permitido ver. Descarrilados nos invita pues a abandonar la carretera para retomar el camino. A detenernos y caminar. Cantarle a la luna y escribir sobre sus cráteres. Venga y escríbale a luna sobre sus cambios y pelee usted también contra el tiempo.
Escrito por:
Laura Meneses Pineda
Museóloga - Filósofa Universidad de Antioquia